El pasado sábado quedamos un buen grupo de corredores con las familias para hacer una ruta nocturna desde la Bda. de Bellavista, en Álora, hasta la Ermita de las Cruces, límite entre Almogía, Cártama y Álora. Sitio donde se celebra todos los primeros de Mayo la Fiesta de los Verdiales.
Todo alrededor son cerros pelaos salpicados de almendros y ni un sitio donde dejar una botella y que no se vuelque. Todo cuestas a donde quiera que mires.
Con la luna prácticamente llena partimos sin encender frontales camino de la Ermita, por el arroyo Morales arriba, pasando después a un contínuo sufrimiento de "unasolacuesta" de 4 kilómetros hasta llegar arriba, no sin antes adelantar a quienes salieron media hora antes para hacer el recorrido andando. Es un sitio desde donde se ve desde Málaga hasta Tolox lo menos sin nada de contaminación lumínica, pues está en medio de la nada lejos de cualquier punto de luz.
Ahí te das cuenta que estamos rodeados de millones de soles, que son las estrellas que alumbran a otros planetas. Una vista preciosa, la verdad.
Para abajo, de vuelta, encendemos frontales por no tropezar hasta llegar al punto de partida: casa de Sebastián, donde una piscina nos está esperando con la barbacoa preparada, la bebida en la nevera fresquita y la mesa puesta.
¿Qué quieres que te diga? Que yo esto no lo cambio por nada. Buen entrenamiento, mejor compañía y después de la cena al fresco, remojado en la piscina y por dentro bien regado de cerveza y otros alcoholes más destilados, una charla amena hasta que vimos desaparecer la luna y llegó la hora en que o te recoges o el sol te dice "eh, tira pa la cama".
1 comentario:
Estupenda la web jeje me encanta este post. El deporte no se puede cambiar por nada. Buen entrenamiento y mejor compañía siempre jejeje
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