FELIZ NAVIDAD. OTRA NAVIDAD

Hoy, por ser Nochebuena me ha tocado madrugar un poquito más. Son cosas de los aristocráticos. Vaya, que tengo que trabajar y por la tarde estaré alrededor de la familia. Y si quiero entrenar toca madrugón, porque antes de la cena hay que ver a nuestro querido Rey, como tiene que ser.
Total, que bien abrigado y frontal a la frente, he vuelto a casa todavía sin amanecer, como el de los turrones del Lobo pero con 12 km en las patas. ¡Qué bien que sienta la rebaná después de eso!

Ahora en estas fechas ya no echo de menos los regalos, que se los llevan mis hijas, y yo disfruto más que si fueran para mí. Pero sí que reflexiono del cambio tan grande de nuestros regalos a los de ahora. Ahora todo tecnología, ley de vida. En mis tiempos lo más tecnológico era el Casio F-91 o el MSX 64kb ¡una locura entonces!
Entonces había pocos cacharros y jugar en la calle era tu modo de vida. Sin miedo a que te pillara un coche, te raptara un pederasta o te clavaras una jeringuilla en un parque. Lo peor que te podían castigar era no salir a la calle.
Claro... antes no había internet, Facebook, twenti, hotmail ni juegos online. Como mucho te ibas a los recreativos. Una partida al Double Dragon pegando palos, latigazos y patadas. Después de eso te fumabas un Fortuna sin tener que salir a la calle y era lo más parecido al paraíso.
Y los más pequeños jugaban en parques con todo de hierro oxidado que el tétanos era lo mejor que se podía coger y clavarte maderas astilladas en toboganes con pendientes que al frenar abajo ¡ala, media rótula a tomar por saco!
Por cierto, cuando te clavabas un hierro te ponían la antitetánica y te decían que a los pocos meses había que ponerse la segunda. ¿Alguien se la ha puesto alguna vez la segunda?

Pues eso, que FELIZ NAVIDAD A TODOS.