martes, 5 de marzo de 2013

TROFEO "NUEVA OPORTUNIDAD DE LA VIDA"

Antonio, llegando a meta
"Un sueño solo puede triunfar sobre la realidad si se le da la oportunidad" (Stanislaw Lem).

Empecemos por el final. Bueno, mejor dicho por el presente.
Domingo 3 de marzo de 2013. Pedro Cruzado, un servidor, acompaño a Antonio Pérez en su primera carrera después de casi 5 años. Eligió la Media Maratón de Álora, su pueblo, rodeado de sus compañeros de Club, y conmigo como notario de todas y cada una de las zancadas que dió para recorrer esos 21 kilómetros que nos supieron a poco.
No se le había olvidado correr y eso que empezó a trotar hace 2 semanas a ver qué tal. Eso sí, la bici la hacía polvo cada vez que la cogía. No hay impacto, no hay dolor. Pero correr con su problema... era muy arriesgado y dijo "p'alante".
La bajada de Álora por las famosas curvas de Trabanca la hizo tranquilo. El impacto es mayor cuesta abajo y hay que testear los huesos, jeje. Que todo siga en su sitio. Y una vez que empezó el llaneo en busca de Pizarra cogimos un ritmo superior a lo acordado "madre mía a ver si le empieza a doler y la cagamos" pero nada. Hasta charlábamos un poco. La llegada a Pizarra buah, todos aplaudiendo y Antonio que se crece por esos aplausos y acelera el ritmo, jajajaja.
La vuelta hacia Álora lo mismo: mientras llegaban los últimos kilómetros con la gran subida, el ritmo fue bueno. No llevaba la cuenta del tiempo pero mi pulso iba estable, con lo que pensé "vamos bien sin sobresaltos".
Quedan 3 kilómetros y eeeeempieza la cuesta hasta meta!
Al empezar la subida de las curvas de Trabanca baja el ritmo y yo siempre un paso más retrasado, que no piense que le tiro y reviente. ¡Pero coge el tío y empieza a acelerar y el que reventaba era yo!. "Vamos Pedro" y yo tragando saliva si podía "cohones, que me deja atrás ahora". El pulso se me desboca e imagino que Antonio tiene que ir emocionado por dentro. Ha llegado a su pueblo. La meta está ahí al lado.
Entró a meta tragándose las lágrimas de alegría y con una gran sonrisa en la cara. Rodeado de amigos que no paraban de felicitarle. Sus hijos y su mujer, nerviosa la pobre porque no sabía cómo se iba a encontrar a su marido, también estaban en meta esperando. Recibe más aplausos que el ganador

Eso es el presente. Seguro que te estás preguntando qué le pasó y por qué esa importancia de este día. Pues vamos al pasado:

4 de julio de 2008. Antonio vuelve del trabajo a Álora. Escasos kilómetros antes de llegar sufre un grave accidente: otro vehículo hace un recto en una curva a excesiva velocidad y se empotra contra la puerta del coche de nuestro compañero. Nos ahorraremos macabros detalles pero llegó al hospital hablando con San Pedro. Entre otras cosas la pierna izquierda la tiene puesta todavía... no sé. Ni los médicos se lo explican. Quizá por la insistencia desesperada de Toñi que insistía que hiciesen lo posible por ella, ya que su marido es atleta. Dejémoslo ahí.

Pasan las semanas. Pasan las operaciones. Que si tornillos, que si placas, que si ésto, que si lo otro... el fémur parecía un puzzle de máxima dificultad. Los médicos hacen todo lo posible pero le avisan que estaría cojo como poco.
Pasan los meses. Visitas a montones de médicos: que si la mutua, que si la seguridad social, que si el tribunal médico, que si ésto, que si lo otro... y Antonio solo quería volver a poder trabajar y puestos a pedir, poder andar bien.
Pasan los primeros años. Un día un médico muy seriamente le dijo "no vas a volver a poder correr ni de broma, demasiado que andas". Pero claro, hay que conocer a Antonio. Éste se puso a andar. Fue soltando las muletas y de una manera que cualquier traumatólogo tendría que verlo para creerlo se fue soltando el tío y todas las mañanas o mediodías se pegaba su paseo, cada vez andaba con menos cojera. La vuelta al trabajo también logra que esté más activo y piense menos en la pierna.
Empieza a coger la bicicleta hasta que se pega a su grupo de siempre de ciclistas. Y además recupera músculo y tela... cualquiera lo coge.
Y llega hace un par de semanas y me dice "Pedro ¿sigue en pie eso de acompañarme en una carrera si soy capaz?" Y lo demás ya lo sabéis...

 Antonio, veterano atleta que pasa de los 50 años, tiene en su haber montones de carreras de todo tipo: maratones, medias, cross... de todo. Su casa está llena de trofeos y yo he visto en su cochera cajas llenas de trofeos porque no le caben arriba.
Pero el pasado domingo le dieron uno muy especial que seguro pondrá en el centro de todos los más importantes. Su compañero Juan Vázquez, micrófono en mano, empezó a hablar:

"Vamos a entregar un trofeo especial a un atleta de nuestro Club que hace casi 5 años sufrió un accidente de tráfico que le produjo entre otras lesiones una rotura de fémur por varias partes, lo que para cualquier deportista hubiese supuesto abandonar para siempre las carreras de fondo.
Pero este atleta ha demostrado no ser un deportista cualquiera sino un fuera de serie y a base de esfuerzo y sacrificio, tras pasar varias veces por el quirófano, ha superado todas las dificultades y al fin vuelve a correr. Y lo ha hecho para orgullo de nuestra carrera, en el Medio Maratón Álora Valle del Sol.
Seguro que ya sabéis a quién me refiero. Así pues, por su GRAN FUERZA DE VOLUNTAD, SU ESPÍRITU DE SACRIFICIO Y SUPERACIÓN hacemos hoy aquí este reconocimiento a nuestro compañero Antonio Pérez Muñoz".


Sobran las palabras. Todos empezaron a aplaudir y Antonio subió a recoger el trofeo y recibir el calor de todos los atletas allí presentes.

¿Y el futuro? Se dice que no se sabe. Pero yo sí lo sé. Hoy he vuelto a verlo:
-Andaaaaaa, trofeo y todo!
-Ese es el mejor que me han dado nunca. Lo he llamado "el trofeo de la nueva oportunidad de la vida".
-¿Qué? ¿cómo van las agujetas, Antonio? A mí me duele tó.
-Bien. La rodilla una pequeña molestia.
-No veas cómo subimos Trabanca, me llevabas ahogado. ¿Y la próxima cuándo? Te vuelvo a acompañar.
-Noooo hombre. Esto era por quitarme la espina. La llevaba clavada desde que me dijeron que no volvería a correr. Pero no, mi bici y sobra.
-Bueno. Ya sabes que te acompaño.
-Es que... no sé... la cuesta abajo no me fio... hay que buscar una más llana...

Jajajajaa. ¿Eso a qué os suena a vosotros? El mes que viene está corriendo otra. Jajajajaa. Y todos que nos alegramos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena Antonio por esa lección de sacrificio y superación que das, incluso a los que no te conocemos personalmente.
Muchas gracias.

paco pifpaf dijo...

Antonio enhorabuena, has demostrado saber bailar en esta vida, que a veces es cruel e injusta, pero con tu fuerza, optimismo y constancia podemos disfrutarla hasta en los momentos más delicados.
Suerte Antonio en lo sucesivo porque estoy seguro que la tendrás. Tu eres de los que la buscas.
Gracias y queremos que sigas así, tu mismo.

emilio azuaga dijo...

Enhorabuena Antonio has sabido luchar contra todo con pundonor, valentia y sacrificio, Y la media la has bordado. Y como dice Paco, tu mismo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Eres fuerza, pundonor y sobre todo sacrificio, para la gente joven eres un ejemplo a seguir, gracias por demostrarnos que todo se puede conseguir con constancia.

Antonio J. Ruiz dijo...

Bonita entrada y ejemplar historia de superacion. Si cuando a un perote se le mete algo entre ceja y ceja... Enhorabuena a los dos.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...


Antonio, qué emocionante. Me he quedado así, emocionado. Hemos compartido carreras como la de San Sebastián y entonces te admiraba y después, mucho más, y no he podido evitar emocionarme después de tanto tiempo... un abrazo
josé mari

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena, Antonio!. Recuerdo cómo hace dos o tres años, durante el cross de Álora, me dijiste que dudabas mucho que pudieras volver a correr. Pues mira, al final te has salido con la tuya. Y yo que me alegro enormemente. Un fuerte abrazo, Manolo Morales.

Carlos Perez dijo...

Me dejais con un nudo en la garganta,y sin palabras.Sois Grandes.